sábado, 27 de marzo de 2021

Las Columnas de Heracles en las fuentes griegas

Una tendencia actual entre ciertos investigadores de la Atlántida es la defensa de localizaciones muy diversas para el lugar llamado "las Columnas de Hércules", tradicionalmente identificadas con el Estrecho de Gibraltar como confín occidental del mundo conocido por los antiguos griegos.  Dado que una de las dos referencias geográficas precisas que da Platón para la isla Atlántida es que estaba ante las Columnas de Heracles (cf. Timeo 24e) o más allá de las Columnas (cf. Critias 108e) —la otra es que se encontraba en el piélago Atlántico; cf. Timeo 24e—, el emplazamiento de la isla depende directamente de la situación de las Columnas, de modo que toda hipótesis sobre una Atlántida que no se encuentre en el área del Golfo de Cádiz exige necesariamente una justificación de que la expresión "Columnas de Hércules" puede designar un lugar distinto al Estrecho de Gibraltar.

Los autores que niegan esta identificación entre las Columnas de Heracles y el Estrecho de Gibraltar suelen afirmar que, en realidad, el topónimo "las Columnas de Heracles" no era unívoco en la Antigüedad; bien porque había muchos lugares llamados así, bien porque el lugar así denominado se fue desplazando por el Mediterráneo hacia Occidente a medida que los griegos exploraban territorios más alejados de su patria hacia el oeste, de modo que Gibraltar fue, en realidad, el último lugar conocido como "las Columnas de Heracles", estando las "Columnas" originales en áreas del Mediterráneo Central (cf. O'Connell, 2018) o incluso en el Mar Egeo (cf. Zamarro, 2011).

En realidad esta tendencia no es nueva: ya Estrabón en su Geografía (III,5,5) al hablar sobre la leyenda de la fundación de Cádiz por los tirios nos informa sobre cierta confusión acerca del lugar exacto llamado las Columnas, que oscila entre el Estrecho de Gibraltar, la Ría de Huelva y la propia Cádiz; en todo caso, localidades todas en el área del Estrecho y del Golfo de Cádiz.  En otra ocasión profundizaremos en este importante texto de Estrabón, que nos informa sobre la existencia de columnas erigidas y consagradas a Heracles en muchos lugares del mundo, que, una vez desaparecidas, pudieron ser causa de que, en tiempos tardíos, podrían haber dado el nombre de "las Columnas de Heracles" al lugar donde se encontraban.

En esta ocasión lo que haremos será rastrear las fuentes griegas hasta Platón para detectar todas las apariciones de la expresión "las columnas de Heracles" y su versión abreviada "las Columnas" (como topónimo), y así evaluar la presunta ambigüedad de la misma y, a ser posible, establecer el significado preciso de la referencia geográfica proporcionada por el filósofo ateniense.

 

Homero (s. VIII a. C.)

    En la Ilíada y en la Odisea no aparece la expresión.

    Himno XV: "A Heracles que, errante primero por la inmensa tierra y por mar".  Aunque no menciona la expresión que nos ocupa, sí nos da una primera idea de la magnitud de los viajes de Heracles.

 

Hesíodo (ss. VIII-VII a. C.).  No aparece la expresión.

 

Líricos griegos arcaicos (700-300 a. C.: fragmentos anónimos, atribuidos a los Siete Sabios de Grecia, obras y fragmentos de Alcmán, Estesícoro, Íbico, Simónides, Alceo, Safo, Anacreonte y otros poetas menores; cf. Rodríguez Adrados, 1980).  Se cita un fragmento atribuido a Estesícoro (Poetae Melici Graeci 336 de la edición de Page, 1967) sobre las Columnas de Heracles que no he podido consultar (Rodríguez Adrados, 1980, p. 230).


Esopo (ss. VII-VI a. C.).  No aparece la expresión.


Píndaro (m. 538 a. C.).  (Píndaro, 1984).

    Olímpica III,44: "Pero si lo mejor es el agua, y entre los tesoros el oro lo más apreciado, así Terón ahora, avanzando por sus hazañas hasta el último límite, alcanza desde su casa hasta las columnas de Heracles".  Aunque el texto no precisa el lugar, sí establece que las Columnas marcan "el último límite" del muno conocido por los griegos.

    Nemea III,20-21: "No es cosa fácil avanzar adelante por la mar intransitable allende las columnas de Heracles".  Era creencia común entre los griegos que el mar más allá de las Columnas estaba plagado de monstruos y de peligros.

    Ístmica IV,30: "Por su valor alcanzan desde su propia casa a las columnas últimas de Heracles, de suerte que no les cabe ya aspirar a gloria más extensa".  Nuevamente las Columnas como confín del mundo.

    Fragmento 256: "Hasta las Puertas de Gadira extremas llegó Heracles" (cf. p. 379).



Heródoto (484-425 a. C.).  (Heródoto, 1979)

    IV, 8, 2: "Geriones, empero, residía lejos del Ponto: tenía su morada en una isla que los griegos denominan Eritía, que se encuentra cerca de Gadira, ciudad ésta situada más allá de las Columnas de Heracles, a orillas del Océano. (Por cierto que, en teoría, pretenden que el Océano tiene su principio en el Levante y que sus aguas rodean toda la tierra, pero de hecho no pueden demostrarlo.)".  El Océano al que se refiere Heródoto es la corriente de agua que rodeaba la tierra según la antigua creencia griega, que no podían demostrar, por las que el mar Eritreo (Océano Índico) estaban comunicados con el Océano Atlántico por el sur de Libia (África).

    IV, 42, 2-4: "El rey de Egipto Neco fue el primero que lo demostró, ya que, tras interrumpir la excavación del canal que, desde el Nilo, se dirigía al golfo arábigo, envió en unos navíos a ciertos fenicios, con la orden de que, a su regreso, atravesaran las Columnas de Heracles hasta alcanzar el mar del norte y llegar de esta manera a Egipto.  Los fenicios, pues, partieron del mar Eritreo y navegaron por el mar del sur.  Y cuando llegaba el final del otoño, atracaban en el lugar de Libia en que, en el curso de su travesía, a la sazón se encontraran, sembraban la tierra y aguardaban hasta la siega.  Y, una vez recogida la cosecha, reemprendían la navegación, de manera que, cuando habían transcurrido dos años, en el tercer año de travesía doblaron las Columnas de Heracles y arribaron a Egipto".  Relato de la circunnavegación de África (en sentido horario) en tiempos del faraón Necao II (610-595 a. C.).

    IV, 43, 3-4: "Sataspes se llegó a Egipto, fletó una nave con marineros de esa nacionalidad y se hizo a la mar con rumbo a las Columnas de Heracles.  Tras haberlas franqueado y haber doblado el cabo de Libia cuyo nombre es Solunte, puso proa hacia el sur.".  La navegación ahora es desde Egipto hacia Occidente.  Sólo después de doblar las Columnas y el Cabo Solunte se puede tomar rumbo sur: podemos deducir que Solunte es el Cabo Espartel en el actual Marruecos, y que las Columnas de Heracles son un anterior accidente geográfico destacado que merece ser mencionado como referencia geográfica.  Cerca del Cabo Espartel, por cierto, se encuentra la Cueva de Hércules.

 

    IV, 152, 2-3: "Acto seguido, los samios [con su patrón Coleo] partieron de la isla y se hicieron a la mar ansiosos por llegar a Egipto, pero se vieron desviados de su ruta por causa del viento de levante.  Y como el aire no amainó, atravesaron las Columnas de Heracles y, bajo el amparo divino, llegaron a Tarteso.  Por aquel entonces ese emporio comercial estaba sin explotar".  Referencia importantísima que vincula las Columnas como referencia geográfica probablemente última antes de llegar al territorio tarteso, que tenía su área nuclear en el valle bajo del Guadalquivir (cf. Campos Carrasco y Alvar Ezquerra, 2013, p. 652).

    IV, 185, 3-186, 1: "En las cercanías de esa masa de sal hay una montaña cuyo nombre es Atlas.  Es estrecha y totalmente circular; y tan sumamente elevada que, según dicen, sus cumbres no pueden divisarse, pues nunca, ni en verano ni en invierno, las abandonan las nubes.  Los lugareños afirman que esa montaña es la columna del cielo.  Dicha montaña ha dado su nombre a tales individuos; pues, efectivamente, se llaman atlantes.  Y por cierto que, según cuentan, no se alimentan de ningún ser vivo, ni tienen visiones en sueños.  Hasta los citados atlantes, en suma, puedo enumerar los nombres de los pueblos que están establecidos en la faja arenosa; pero, más allá de los atlantes, me resulta imposible.  Y eso que la faja arenosa se extiende hasta las Columnas de Heracles e incluso más allá de las mismas.  Y en dicha zona, a intervalos de diez días de camino, hay un yacimiento de sal y gentes que lo habitan.  Por cierto que, como en esas regiones de Libia ya no llueve, las casas de todas esas gentes están construidas con bloques de sal, dado que, si lloviera, las paredes, al ser de sal, no podrían tenerse en pie.  La sal que en esa zona se extrae del subsuelo es de un color blanco o bien rojizo.  Más allá de la faja arenosa en cuestión, hacia el sur y en dirección al interior de Libia, el terreno es desértico y carece de agua, de animales, de lluvia y de árboles; y en toda su extensión no hay el menor rastro de humedad.  Así pues, desde Egipto hasta el lago Tritónide, los libios son nómadas que comen carne y beben leche".  Sitúa las Columnas en el extremo occidental de la Cordillera del Atlas.  He prolongado la cita más allá de la referencia a las Columnas porque contiene dos datos interesantes desde el punto de vista atlantológico: la referencia a los colores rojizo y blanco de la sal, que nos recuerda a las rocas blancas, rojas y negras de Critias 116a-b, y la mención del lago Tritónide, que nos remite a una moderna propuesta de la Atlántida en la región occidenteal de Marruecos (cf. Papamarinopoulos, 2010, pp. 385 ss.).

    IV, 196, 1: "Los cartagineses cuentan también la siguiente historia: en Libia, allende las Columnas de Heracles, hay cierto lugar que se encuentra habitado".

 

Tucídides (s. V a. C.).  No aparece la expresión.

 

Tragediógrafos (Esquilo, ss. VI-V a. C.; Sófocles, 496-406 a. C.; Eurípides, c. 484 ó 480-406 a. C.)

   Esquilo y Sófocles: no aparece la expresión.

   Eurípides: Hipólito vv. 3-4: "De cuantos habitan entre el Ponto y los confines del Atlas" (Eurípides, 1991). Expresión indirecta para mencionar los límites del mundo conocido: el Ponto Euxino (el Mar Negro) y el Atlas (la cordillera marroquí).


Aristófanes (444-385 a. C.). No aparece la expresión.

 

Isócrates (436-338 a. C.). (Isócrates, 1980).

    A Filipo (V), 112: "Tras esto, mató a todos los reyes de los pueblos que habitan una y otra ribea del continente.  Y no los habría podido tomar si no se hubiera impuesto sobre su poder.  Cuando realizó estas hazañas, levantó las columnas llamadas de Heracles, trofeo sobre los bárbaros, recuerdo de su virtud y de los peligros corridos, y límites del territorio griego.".  Una vez más, las Columnas como límite del mundo conocido para los griegos.

    Panatenaico (XII), 250 : "Ahora, sin embargo, creo que la mayoría de los espartiatas se mantienen en las mismas costumbres de antes y que no prestarán mayor atención a las palabras aquí escritas que a lo que se dice fuera de las columnas de Heracles." (En nota: Mediante esta ironía (las columnas de Heracles para un griego representan el fin del mundo) se critica duramente la indiferencia espartana hacia la cultura).  Nuevamente las Columnas como el límite del mundo conocido y, aun más, del mundo bárbaro.


Platón (c. 427-347 a. C.) 

    Fedón (109a-b): "Luego, además, de que es algo inmenso —dijo—, y de que nosotros, los que estamos entre las columnas de Heracles y el Fasis, habitamos en una pequeña porción, viviendo en torno al mar como hormigas o ranas en torno a una charca, y en otras partes otros muchos habitan en muchas regiones semejantes." (Platón, 1986).  Aquí Platón ofrece como confines del mundo conocido, en torno al Mediterráneo —considerado como una charca—, el río Fasis a oriente (el actual río Rioni en Georgia) y las Columnas de Heracles en occidente.

    Timeo (24e): "En aquella época, se podía atravesar aquel océano dado que había una isla delante de la desembocadura que vosotros, así decís, llamáis columnas de Heracles." (Platón, 1992).  Primera referencia geográfica atlantológica: la isla delante de las Columnas.

    Critias (108e): "Ante todo recordemos que el total de años transcurridos desde que se dice que estalló la guerra entre los que habitaban más allá de las columnas de Heracles y todos los que poblaban las zonas interiores, es de nueve mil; ahora debemos narrarla en detalle" (Platón, 1992).  Segunda referencia geográfica atlántológica: la isla más allá de las Columnas.

    Critias (114b): "Al gemelo que nació después de él, al que tocó en suerte la parte extrema de la isla, desde las columnas de Heracles hasta la zona denominada ahora en aquel lugar Gadirica, le dio en griego el nombre de Eumelo, pero en la lengua de la región, Gadiro.  Su nombre fue probablemente el origen del de esa región" (Platón, 1992). Tercer texto geográfico atlantológico, que conecta las Columnas con el lugar de Gadiro.

(Nota: en esta publicación iremos añadiendo cuantas referencias a las Columnas de Heracles vayan llegando a nuestro conocimiento a partir de hoy; si algún lector puede proporcionar alguna a través de los comentarios, se agradecerá).

Leída toda esta colección de menciones de las Columnas de Heracles en las fuentes griegas anteriores a Platón, parece más que razonable rechazar la hipótesis de que la expresión "Columnas de Heracles" aludía en tiempos antiguos (anteriores a Platón) a lugares distintos del Estrecho de Gibraltar.  Esperamos que, vistas estas fuentes, en adelante no se dude de que para los atenienses del tiempo de Platón la expresión "las Columnas de Heracles" o, simplemente, "las Columnas", aludía al último confín occidental del Mediterráneo, es decir, lo que hoy conocemos como Estrecho de Gibraltar.

Referencias: https://perijoresis.blogspot.com/p/bibliografia.html

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